El pragmatismo idealista

Visualizarte y proyectarte en un futuro imaginario puede ayudarte a tu toma de decisiones en el presente, siendo esto último una de las habilidades más importantes en el desarrollo de software, el trabajo en equipo y en la vida. Pero a la vez, ser demasiado idealista tiene ciertos peligros que vamos a ir desgranando a continuación.

El pragmatismo idealista

Seguramente ya te habrás proyectado más de una vez hacia el futuro:

  • ¿Cómo me vería si me mudara a otra ciudad o país?
  • ¿Cómo me vería siendo manager en vez de programador?
  • ¿Cómo sería el desarrollo si aplicáramos Event Driven Architecture?

Visualizar y proyectar es dar respuesta a este tipo de preguntas en tu mente, imaginando un futuro y viendo cómo te sentirías en esa situación. Esas proyecciones y horizontes, te ayudan a marcar una dirección hacia adonde quieres llevar el desarrollo, el equipo o tu vida. Te motiva y te permite darle un valor a las acciones que haces, ya que puedes ver si sus resultados te acercan o no hacia ese horizonte imaginario que has establecido.

Pero cuidado, porque esas proyecciones son solo una fantasía de tu mente, y sumergirte demasiado ahí puede traerte algunos problemas.

El problema de ser solo idealista

El problema de ser idealista, y nada más que idealista, es que todas esas ideas son simplemente eso, ideas. Puedes pasarte horas dando vueltas y vueltas a esa fantasía, imaginándote futuros utópicos donde el sufrimiento se reduce de forma drástica, donde tú o tu equipo, gracias a ciertas azañas conseguís cambiar las cosas hacia una situación mejor. Pero ¿dónde está la acción? ¿cómo estás cambiando el presente para acercarte a ese futuro?

Y es que cuando pasas del placer de la visualización utópica a mirar a tu contexto real, te encuentras con muchos límites, que pueden hacer que te sientas totalmente perdido y frustrado: no ves nada relevante que puedas hacer por mejorar la situación y acercarte a ese horizonte tan lejano. Las acciones imaginarias funcionaban en tu mente, pero ahora te has dado cuenta de que la realidad es diferente, y te toca decidir entre abandonar el dogma para poder moverte o permanecer inmóvil mientras sueñas.

El pragmatismo sin una visión

Pero entonces ¿tener una visión futura, visualizarte y proyectarte es malo? Pues no, para nada. De hecho, si no nos marcamos un horizonte, podemos llegar a sentirnos perdidos, sin saber hacia adonde caminar, lo que nos puede llevar a caminar en círculos o incluso a contracorriente de nuestras necesidades.

Ser pragmático es aceptar los límites de la realidad, aceptar que esa solución ideal que habías pensado, que te había funcionado otras veces o que les funciona a otras personas o equipos, en tu contexto no funciona o hay que adaptarla. Si bien puedes aprender a ser más pragmático, a abrazar la imperfección y el fallo, a pasar a la acción cuanto antes, es muy difícil serlo si no sabes hacia adonde caminas.

Al final, si no sabes lo qué quieres conseguir, todas las decisiones son igual de buenas e igual de malas, y al no tener expectativas propias, seguramente acabes cumpliendo solo las expectativas de los demás.

Sé idealista, sé pragmática

Le sigo dando mucho valor a seguir soñando, a idealizar sobre cómo me gustaría que fuera el mundo y mi vida. Sin duda eso me ha movido en direcciones positivas, pero a día de hoy, está cogiendo el mismo peso la acción, la toma de decisiones constante, la voluntad de cambio, la tolerancia a la frustración, abrazar el fallo y la imperfección, y en general el intentar llevar las riendas de mi vida. ¡Ojo! soy muy imperfecto, vamos progresando, pero estamos trabajando en ello 😅

Al final, necesitamos de ambas cosas, necesitamos idealizar sobre el futuro, pero a la vez necesitamos actuar, y para ello, no nos queda otra que ser pragmáticos.

Es un equilibro complejo, ya que tanto la estrategia como la acción son necesarias, y sin darte cuenta puedes llegar a momentos en los que solo le estés prestando atención a una. Si solo eres estratega, verás tu vida pasar sin haber hecho nada, y si solo actúas, habrás hecho muchas cosas, pero no las que querías.

Existen muchas formas de abordar y mejorar en ambas áreas: establecer ciclos y objetivos, planificar, medir el progreso, definir una visión, utilizar sistemas de gestión de tareas y proyectos, la retrospectiva, las rutinas, los consensos, la creatividad, etc. pero si te parece, por no alargar más este artículo, dejamos para otros profundizar sobre ellas y ver sus ventajas y peligros.

Resumiendo, intenta proyectarte en el futuro y establece un horizonte al cuál dirigirte, usando tu parte más idealista. Una vez tengas un boceto, intenta salir de ahí, no tomarte esa idealización demasiado en serio, y da un primer pequeño paso que te acerque a ese horizonte, tomando decisiones, observando y aprendiendo de los resultados.

A medida que avances, irás aprendiendo y cambiando, por lo que, cuando ya no le veas sentido a seguir esa ruta, tendrás que evaluar si merece la pena iniciar un nuevo sendero.

Para ejemplo, este blog

Este sitio personal es un ejemplo de esto que hablamos. Me he proyectado en un futuro, un futuro en el que tenía una web personal donde escribía artículos alrededor de mi profesión y mi experiencia, con temáticas técnicas pero también abstractas, donde escribía de forma regular, donde quizá podría plasmas ideas innovadoras, donde había personas que participaban y compartían sus experiencias, donde la gente me podía contactar para ayudarle en sus proyectos.

Pero ahí he parado de soñar, y he dado un primer pequeño paso: escribir un artículo y publicarlo en internet usando Next.js y Vercel. Estoy abierto a que sea un fracaso, pero ¿qué pasa si no lo es?.

Si te ha interesado este tema, puedes proponerme algún tema relacionado, como técnicas y herramientas para definir esa visión para ti y tu equipo y formas de pasar a la acción.

Mientras tanto, si quieres probar algo, júntate con tu equipo durante un tiempo predefinido, e intentad definir ese sueño y visión compartida. Una vez tengáis un boceto que os cuadre, dejad vuestras diferencias a un lado, centraos en eso que os une para caminar hacia esa visión, y permitios ser pragmáticos y flexibles en las soluciones que adoptéis. El propio avance hacia esa visión compartida os puede dar una satisfacción que abra las puertas a disfrutar más del camino juntas.

Y por supuesto, puedes hacer lo mismo para ti, para definir lo que deseas en este momento, y dar un primer pequeño paso que te haga caminar.

En resumen:

  • Define una visión
  • Pasa a la acción cuanto antes
  • Se consciente de los límites de tu contexto
  • Abraza la imperfección y el fallo
  • No te aferres a la visión, es solo una fantasía
  • Mantén un buen equilibrio entre estrategia y acción
  • Cambia de rumbo cuando lo veas necesario
Dani Santamaría

Dani Santamaría

Software Developer & Technical Coach

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